Hay destinos que ni siquiera son trazados por las víctimas del acontecer. De ese racimo, hace tiempo dejé de beber. Se cuelgan del pelo como diademas, y no, de la cabeza. Mañana estuve allí, ayer estoy aquí. A veces pienso en la tumba alegre de Margarita Gautier. Feliz destino!-dice el Rato P-,que poco te tengo en cuenta.
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