jueves, 9 de diciembre de 2010

DANKE CHARLY (Hans Julius Voss)







EL GATO QUE MIRABA



Hoy es sábado y Luis no trabaja. Al mediodía apareció un gato por la piscina. Un gato persa desconocido, grande y gris, de pelos apelmazados. Echado de cara al borde, al principio lo creí bebiendo agua pero, al cabo de una hora, seguía en la mísma postura. Me resultó imposible que pasara del olor y el sabor del cloro. Entonces, no bebía. Se lo notaba abstraído y tranquilo en la contemplación del agua. Desde mi ventana, parecía que el tiempo se resolvía en un logaritmo interminable: El gato mirando el agua, yo al gato, un vecino alemán a mí, un caminante al vecino, el barrendero al caminate, la guardia civil al barrendero, un conductor en la esquina mirando a la guardia civil, y así, todo seguía un sistema de proporción inabarcable. Hoy es martes, Luis volvió al trabajo y se ocupó del jardín grande que da a la cabecera de la piscina. Hacia el mediodía me trajo unas cartas, contandome que había encontrado un gato muerto detras de las piteras y palmeras de la avenida Las Playas, y que no se animaba a tocar. Fue inmediato y espontaneo preguntarle qué sabía de Charly, mi vecino alemán. Me contestó sin titubeos.- Charly no llega a la navidad. Tiene la mirada perdída en el reflejo de sí mísmo-.

2 comentarios:

  1. Anónimo3:56 p. m.

    Creia que me despediria de el en Navidad, llegue tarde. Se adelanto el?

    Besos.

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  2. valdigarcia@yahoo.es10:05 a. m.

    ...y quién no cree en nada?

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